Kenia Martínez cree que con su belleza exótica y su inteligencia conquistará al jurado en Miss Universo; su mayor tesoro es su familia
Por Andrés Martínez Tutek/NYC 18 de agosto, 2010
Faltan sólo cuatro días para que el mundo sepa quién será la sucesora de Stefanía Fernández y desde hace muchos años Honduras no soñaba con tanta fuerza con la posibilidad de llevarse la corona universal. Kenia Martínez, una bella morena de 26 años es la causante de que su gente confíe en esa idea y de paso le prendan una que otra velita a los santos para que les haga el milagro de tener a su primera Miss Universo en toda su historia.
Tanto los centroamericanos como su representante saben que la tarea no es nada fácil pero la hondureña está dando lo mejor de sí para ganar en Las Vegas.
Kenia afirma que su inteligencia y su perfecto inglés, que aprendió hace varios años cuando se mudó a Nueva York, son sus mejores cartas y presume a su familia como su mayor tesoro en la vida.
¿Por qué has dicho que ser Miss Honduras era tu gran sueño en la vida?
No es el único pero si era uno de ellos y es por una doble razón, en primer lugar porque es un honor representar a mi país en este certamen y además a nivel personal es gratificante saber que cumplí una meta que tenía desde que era niña.
Y esta vez ¿cuál es la meta?
Dejar muy en alto el nombre de Honduras y además mostrar un poco de la cultura de mi país. También he querido mostrarle al mundo que la mujer hondureña es una mezcla entre belleza e inteligencia.
¿Los nervios te están consumiendo?
Más que nervios lo que siento es mucha motivación de cumplir la responsabilidad que me encomendaron. El año pasado la Miss Honduras hizo un papel maravilloso y los medios se fijaron mucho en ella y esta vez tengo el deseo de ganarme esa corona para dedicársela a mi bella Honduras. Sé que ganar no es fácil pero tampoco es imposible.
¿Qué tan importante es el vestuario en una reina?
Creo que mucho pues una de las maneras que tiene una reina para lucir su belleza es a través del vestuario y creo que me he destacado aquí por mis atuendos, algunos de ellos creación de Carlos Campos, en los que se mezclan conceptos de primavera y verano en diferentes tonos.
Supongamos que los extraterrestres vienen a hablar contigo, ¿qué les dirías de ti misma?
Les diría que tienen ante sus ojos a una mujer luchadora, de raza pura y un ser humano que ama a su país con el alma así como a mi familia y que no se pueden ir sin que conozcan Honduras, la belleza de su gente y sus paisajes y también su deliciosa gastronomía.
¿Qué piensas de Honduras viviendo en Nueva York?
Que es maravilloso porque así uno se vaya de su país, uno siempre guarda intacto ese amor por el terruño y sin importar el lugar donde estés no olvidas tus raíces. Pase lo que pase siempre me sentiré orgullosa de ser hondureña y quiero sacar la cara por mi país.
Si un genio te ofreciera un anillo de diamantes o un viaje lleno de lujos, ¿qué escogerías?
Creo que mejor le pediría la oportunidad de tener otro regalo y en ese caso me encantaría conservar siempre a mi familia porque ellos son quienes me motivan a seguir adelante, son los que se encargan de hacer que tenga ganas de levantarme cada día y me ayudan a hacer realidad todos mis sueños con su apoyo y cariño. No hay un mejor regalo que ese.
Por Andrés Martínez Tutek/NYC 18 de agosto, 2010
Faltan sólo cuatro días para que el mundo sepa quién será la sucesora de Stefanía Fernández y desde hace muchos años Honduras no soñaba con tanta fuerza con la posibilidad de llevarse la corona universal. Kenia Martínez, una bella morena de 26 años es la causante de que su gente confíe en esa idea y de paso le prendan una que otra velita a los santos para que les haga el milagro de tener a su primera Miss Universo en toda su historia.
Tanto los centroamericanos como su representante saben que la tarea no es nada fácil pero la hondureña está dando lo mejor de sí para ganar en Las Vegas.
Kenia afirma que su inteligencia y su perfecto inglés, que aprendió hace varios años cuando se mudó a Nueva York, son sus mejores cartas y presume a su familia como su mayor tesoro en la vida.
¿Por qué has dicho que ser Miss Honduras era tu gran sueño en la vida?
No es el único pero si era uno de ellos y es por una doble razón, en primer lugar porque es un honor representar a mi país en este certamen y además a nivel personal es gratificante saber que cumplí una meta que tenía desde que era niña.
Y esta vez ¿cuál es la meta?
Dejar muy en alto el nombre de Honduras y además mostrar un poco de la cultura de mi país. También he querido mostrarle al mundo que la mujer hondureña es una mezcla entre belleza e inteligencia.
¿Los nervios te están consumiendo?
Más que nervios lo que siento es mucha motivación de cumplir la responsabilidad que me encomendaron. El año pasado la Miss Honduras hizo un papel maravilloso y los medios se fijaron mucho en ella y esta vez tengo el deseo de ganarme esa corona para dedicársela a mi bella Honduras. Sé que ganar no es fácil pero tampoco es imposible.
¿Qué tan importante es el vestuario en una reina?
Creo que mucho pues una de las maneras que tiene una reina para lucir su belleza es a través del vestuario y creo que me he destacado aquí por mis atuendos, algunos de ellos creación de Carlos Campos, en los que se mezclan conceptos de primavera y verano en diferentes tonos.
Supongamos que los extraterrestres vienen a hablar contigo, ¿qué les dirías de ti misma?
Les diría que tienen ante sus ojos a una mujer luchadora, de raza pura y un ser humano que ama a su país con el alma así como a mi familia y que no se pueden ir sin que conozcan Honduras, la belleza de su gente y sus paisajes y también su deliciosa gastronomía.
¿Qué piensas de Honduras viviendo en Nueva York?
Que es maravilloso porque así uno se vaya de su país, uno siempre guarda intacto ese amor por el terruño y sin importar el lugar donde estés no olvidas tus raíces. Pase lo que pase siempre me sentiré orgullosa de ser hondureña y quiero sacar la cara por mi país.
Si un genio te ofreciera un anillo de diamantes o un viaje lleno de lujos, ¿qué escogerías?
Creo que mejor le pediría la oportunidad de tener otro regalo y en ese caso me encantaría conservar siempre a mi familia porque ellos son quienes me motivan a seguir adelante, son los que se encargan de hacer que tenga ganas de levantarme cada día y me ayudan a hacer realidad todos mis sueños con su apoyo y cariño. No hay un mejor regalo que ese.
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