Obtener el mismo título de belleza ha convertido a la Miss Universo Stefanía Fernández -quien lo ganó como Miss Venezuela- y a la Miss Universe Puerto Rico, Mariana Vicente -ganadora de este año- en auténticas amigas.
Ambas fueron premiadas por la firma L’Bel de París como los “Rostros más bellos” cuando ganaron sus respectivas coronas y ayer fueron homenajeadas en la tienda de esta firma en Plaza Las Américas.
A ellas se les unió Mayra Matos, la pasada Miss Puerto Rico, quien trabaja para dicha empresa, y Desirée Lowry, tenedora del certamen de belleza local.
“Stefanía me aconsejó que siempre me mantenga fiel a mí misma y que la pasara bien en el certamen, que no me pusiera presiones”, comentó Mariana.
“Me dijo que el éxito de ella fue que aunque había ganado una Miss Universo venezolana el año anterior (Dayana Mendoza) no se permitió presiones sobre ella. Quiero también hacer la diferencia”, añadió la reina puertorriqueña.
Con mucha diplomacia, Stefanía, quien arribó ayer a la Isla, indicó que Mariana tenía posibilidades de ganar la corona universal.
“Las latinas siempre somos competidoras fuertes porque contamos con el apoyo de la prensa. Pude hablar con ella (Mariana) y conocí su personalidad angelical, a la vez que se ve tan mujer en las fotos y eso es muy importante para el Miss Universo”.
Feliz en la Isla
Stefanía, de 19 años, quien estuvo en la Isla hace unas semanas como animadora invitada del programa “Levantate” de Telemundo, confesó haber estado asustada inicialmente con su visita al País, hasta que probó el mofongo. Después se comió unos cuatro.
“La gente latina siempre te brinda ese calor humano y hasta posiblemente venga a otro evento más adelante”, sostuvo.
La beldad venezolana confesó que son los constantes viajes lo más difícil de su vida como reina.
Entre sus compromisos por el mundo trabajando con causas contra el sida están, además, invitaciones a las elecciones de las candidatas de distintos países para el próximo certamen de Miss Universo. En los próximos días participará en el de Miss República Checa y el de Miss Panamá, y en días recientes asistió al de Miss Rusia.
Aunque el próximo certamen todavía no tiene sede aún, Roston Ogata, ejecutivo de la Organización de Miss Universe, dijo ayer a El Nuevo Día que los países con los que se está negociando son Bolivia, Argentina y Croacia.
Cuando termine su reinado, Stefanía quiere estudiar Comunicaciones en Venezuela o Estados Unidos.
En cuanto al problema legal en que estuvo involucrado su novio, Julio Marcolli, por la muerte de una persona, la reina sostuvo que “ya todo está resuelto gracias a Dios, se le tomó declaración y se acaba de mudar a Nueva York. Fue un mal entendido”.
Por su parte, Mariana, quien fue operada para aumentarle el busto el pasado diciembre, enfoca su preparación en estos momentos en su entrenamiento físico y mental. De momento no van a producirse cambios en su cabello y rostro.
La reina boricua llegó el jueves de Perú, donde estuvo haciendo unas fotos publicitarias para L’Bel que saldrán en una revista en septiembre u octubre. En Semana Santa la reina de belleza boricua se tomará unas vacaciones en la isla de San Martín, uno de los regalos del certamen.
Ambas fueron premiadas por la firma L’Bel de París como los “Rostros más bellos” cuando ganaron sus respectivas coronas y ayer fueron homenajeadas en la tienda de esta firma en Plaza Las Américas.
A ellas se les unió Mayra Matos, la pasada Miss Puerto Rico, quien trabaja para dicha empresa, y Desirée Lowry, tenedora del certamen de belleza local.
“Stefanía me aconsejó que siempre me mantenga fiel a mí misma y que la pasara bien en el certamen, que no me pusiera presiones”, comentó Mariana.
“Me dijo que el éxito de ella fue que aunque había ganado una Miss Universo venezolana el año anterior (Dayana Mendoza) no se permitió presiones sobre ella. Quiero también hacer la diferencia”, añadió la reina puertorriqueña.
Con mucha diplomacia, Stefanía, quien arribó ayer a la Isla, indicó que Mariana tenía posibilidades de ganar la corona universal.
“Las latinas siempre somos competidoras fuertes porque contamos con el apoyo de la prensa. Pude hablar con ella (Mariana) y conocí su personalidad angelical, a la vez que se ve tan mujer en las fotos y eso es muy importante para el Miss Universo”.
Feliz en la Isla
Stefanía, de 19 años, quien estuvo en la Isla hace unas semanas como animadora invitada del programa “Levantate” de Telemundo, confesó haber estado asustada inicialmente con su visita al País, hasta que probó el mofongo. Después se comió unos cuatro.
“La gente latina siempre te brinda ese calor humano y hasta posiblemente venga a otro evento más adelante”, sostuvo.
La beldad venezolana confesó que son los constantes viajes lo más difícil de su vida como reina.
Entre sus compromisos por el mundo trabajando con causas contra el sida están, además, invitaciones a las elecciones de las candidatas de distintos países para el próximo certamen de Miss Universo. En los próximos días participará en el de Miss República Checa y el de Miss Panamá, y en días recientes asistió al de Miss Rusia.
Aunque el próximo certamen todavía no tiene sede aún, Roston Ogata, ejecutivo de la Organización de Miss Universe, dijo ayer a El Nuevo Día que los países con los que se está negociando son Bolivia, Argentina y Croacia.
Cuando termine su reinado, Stefanía quiere estudiar Comunicaciones en Venezuela o Estados Unidos.
En cuanto al problema legal en que estuvo involucrado su novio, Julio Marcolli, por la muerte de una persona, la reina sostuvo que “ya todo está resuelto gracias a Dios, se le tomó declaración y se acaba de mudar a Nueva York. Fue un mal entendido”.
Por su parte, Mariana, quien fue operada para aumentarle el busto el pasado diciembre, enfoca su preparación en estos momentos en su entrenamiento físico y mental. De momento no van a producirse cambios en su cabello y rostro.
La reina boricua llegó el jueves de Perú, donde estuvo haciendo unas fotos publicitarias para L’Bel que saldrán en una revista en septiembre u octubre. En Semana Santa la reina de belleza boricua se tomará unas vacaciones en la isla de San Martín, uno de los regalos del certamen.
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